12.02.2021

El oro como mercancía monetaria: evolución y modernidad

Desde la antigüedad, el oro ha sido la medida de la riqueza. Se le dedican proverbios y canciones, la gente se enorgullece de ello y trata de conseguir aún más oro. ¿Cuál fue el origen de esta obsesión mundial por el oro como medida de valor? Vamos a investigarlo.

 

 

Desde el comienzo de la extracción de oro (que es la época del Antiguo Reino en el Antiguo Egipto hace varios miles de años) el oro se equiparaba con la deidad. Se asociaba a la encarnación del sol en la tierra y, por consiguiente, el principal propietario de tan valioso metal era el representante de la voluntad divina en la tierra: el faraón. Sin embargo, los demás poderosos no se quedaron atrás a la cabeza del Antiguo Egipto: fue entonces cuando el oro se convirtió en la medida de la riqueza y la prosperidad.

Más tarde, la gran cantidad de oro (también llamada reserva de oro) se convirtió en una noción casual: cada imperio o estado que pretendía tal estatus se esforzaba por hacerse con él. Alejandro Magno fue un ejemplo llamativo: concentró en sus manos el máximo de las reservas de oro del Viejo Mundo durante sus actividades de invasión. Sin embargo, en aquella época el oro se valoraba en sus distintas formas:

 

 

 

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    Los lingotes y las pepitas de oro fueron una de las variantes de valor más antiguas. Se podían convertir en cualquier momento a cambio de bienes o servicios y podían convertirse en monedas: bastaba con fundirlas y hacerlas imprimir.

     

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    Las monedas aparecieron ya en el siglo VII a.C. en el territorio de Anatolia (la actual Turquía), que entonces estaba bajo el poder de la antigua Grecia.

     

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    Los adornos y utensilios de oro, a pesar de su carácter utilitario, también se utilizaban activamente en el intercambio natural y podían sustituir al dinero. Además, esta situación persiste hasta nuestros días: tomemos como ejemplo la monetización de las joyas a través de las casas de empeño.

     

 

Hasta el día de hoy, las monedas y lingotes de oro son artículos coleccionables y acumulados, porque el oro era y sigue siendo la medida del valor de todo.

 

Cuando el oro fue empujado del pedestal

 

Se puede hacer una pregunta lógica: ¿cómo es posible que hoy en día ya no se utilicen las monedas de oro? La respuesta está en el desarrollo de la sociedad europea. El primer golpe al oro lo dieron los conquistadores de Colón, que presentaron a la vieja Europa las riquezas del Nuevo Mundo. En ese momento España se hizo tan rica, que el oro simplemente se devaluó, como ocurre con las monedas modernas durante la devaluación.

 

Pero, después de todo, la naturaleza del oro ha corregido su posición: hasta principios del siglo XX se utilizaban monedas de oro en muchos países. Sólo en los años cincuenta del siglo XX dieron paso al papel moneda, pero se convirtieron en objeto de acumulación para coleccionistas y tesauros, es decir, para quienes preferían conservar su riqueza en forma de monedas de oro.

 

Una historia aparte son los lingotes de oro: es una de las formas más deseadas de acumular capital en la sociedad moderna. Mientras que el petróleo, las criptodivisas y las monedas comunes pueden estar sujetas a graves fluctuaciones en el tipo de cambio, el oro tiene poca pérdida de valor. Estos lingotes se guardan en los bancos nacionales de cada país como reserva de oro, un fondo garantizado para reponer las reservas. Por cierto, el último país que se negó a respaldar su dinero con oro fue Estados Unidos.

 

Hoy en día, el oro mantiene su reputación como medida universal de valor. No se utiliza en el comercio de divisas y materias primas, pero la posesión de oro sigue siendo una prioridad para el ahorro. Para ello no es necesario convertirse en un tesauro, porque poseer lingotes de oro y guardarlos en el banco es mucho más cómodo.

 

Tanto más cuanto que se pueden comprar lingotes de oro en los propios bancos, así como directamente a los fabricantes, como Golden Way. Así podrá asegurarse un futuro estable y seguir el camino tradicional de nuestros antepasados, para quienes el oro era el mayor valor material.